La Cumbre de las Américas y el futuro de la energía renovable
La Cumbre de las Américas ha dejado claro que la transición a energías más limpias es el futuro y este futuro es ahora. Ya no solo se trata de mitigar el impacto ambiental de los combustibles fósiles, lo cual es tan necesario, sino que se trata de llevar a cabo transiciones responsables que aseguren la sostenibilidad, así como sistemas energéticos confiables, resilientes y costo eficientes para los clientes. Transiciones que a su vez generen desarrollo económico y social, que incorporen innovaciones y nuevas tecnologías, como, por ejemplo, el almacenamiento de energía y el hidrógeno verde, y que involucren al sector privado para lograr las inversiones necesarias.
La buena noticia es que el gobierno de los Estados Unidos ha reiterado la importancia de impulsar el cambio a energía renovable y ha tomado pasos concretos para que Estados Unidos pueda acelerar su transición. Puerto Rico debe aprovechar esta ventana de oportunidad sin demora para mitigar el impacto negativo del nuevo escenario energético global y reforzar su situación económica en el mediano y largo plazo.
La pandemia del Covid-19 y el conflicto Rusia- Ucrania han cambiado dramáticamente el panorama global de la energía. El mundo cambió. El alza en precios del gas y del petróleo, los retrasos e interrupciones en la cadena de suministros y la incertidumbre en el suministro de energía constituyen una realidad ineludible. Esta sumatoria de elementos ha tenido el indeseable efecto de retrasar y encarecer el desarrollo de proyectos renovables en todos los Estados Unidos. Esto, en los últimos meses, ha tenido un efecto paralizador, según confirma el Departamento de Comercio Federal, y Puerto Rico está sufriendo esto al igual que el resto de los estados. Sin embargo, a pesar de esta realidad, el camino de las energías renovables sigue siendo el más seguro, sustentable y costo eficiente, que permite garantizar un futuro más estable para la economía del país.
Para responder a esta situación, el presidente Biden anunció la suspensión de nuevas tarifas sobre los paneles solares provenientes del sudeste asiático durante dos años y también autorizó la “Defense Production Act”, para estimular la fabricación de energía solar y varias otras formas de energía limpia en los EE.UU. Estos anuncios son en respuesta a los problemas de confiabilidad que actualmente enfrentan los sistemas de energía en el país y la necesidad de crear un puente hacia un futuro de energía limpia producido en los Estados Unidos. Estas iniciativas beneficiarán directamente a los puertorriqueños al mitigar nuevas demoras y aumentos adicionales en el costo de los proyectos de energía solar en la isla.
Otro elemento que Puerto Rico tiene a su favor es la autoridad que le otorga al gobierno la Ley de Política Pública Energética del 2019 (Ley 17-2019) para encaminar proyectos de energía renovable y acelerar la transición energética de los activos de generación existente a energías más limpias. La planificación oportuna por parte del gobierno es vital para asegurar una transición confiable, de tal manera que se garantice el suministro de energía firme mientras se logra la transición a una matriz más limpia en el mediano y largo plazo.
Es importante que la Isla aproveche estas herramientas convocando a todos los jugadores del sector energético mediante iniciativas público-privadas para enfrentar la crisis de generación con decisión, responsabilidad y premura.
La Cumbre de las Américas demostró que la región está dispuesta a mantenerse a la vanguardia de las energías renovables. Puerto Rico tiene la capacidad para promover respuestas que aseguren un sistema más sustentable, confiable, resiliente y que también proteja el bolsillo del consumidor más allá de los beneficios sociales evidentes en las comunidades en donde estos proyectos se llevarán a cabo.
Ante esta nueva realidad global, no hay soluciones mágicas. Es el momento de construir sobre lo construido y dar un paso juntos, todos los actores, hacia una transición responsable.